La depresión, por desgracia, es uno de los trastornos o enfermedades que más padecen nuestros mayores y es necesario poder detectarla a tiempo para tratarla. En el post de hoy hablaremos sobre la depresión en personas mayores, qué la produce, cuáles son los síntomas y qué podemos hacer para ponerle remedio.
Seguro que todos hemos pasado por días tristes o melancólicos, incluso etapas más largas… pero por lo general, es algo pasajero y acaba por desaparecer. Cuando estos sentimientos se prolongan demasiado en el tiempo y afecta a la vida diaria de una persona, nos encontramos con esta enfermedad que necesita tratamiento.
La depresión es algo bastante frecuente entre nuestros mayores pero no por eso debemos verlo como normal del envejecimiento.
¿Qué puede provocar la depresión?
La etapa del envejecimiento conlleva muchos cambios para los que a veces no estamos preparados y que nos cuesta asimilar. Los trastornos médicos, la pérdida de amigos y seres queridos, incapacidad para participar en actividades así como la pérdida de control debido a problemas con la vista, pérdida de audición o otros cambios físicos suelen venir acompañadas de emociones negativas como la tristeza, soledad, ansiedad, baja autoestima.
Esta carga negativa de emociones puede derivar en distintos tipos de depresión que afectan física y psíquicamente a nuestros mayores.
También es cierto que las personas con una historia familiar de depresión pueden ser más propensas a desarrollarla o aquellos adultos mayores que la sufrienron de jóvenes tienen un riesgo mayor a padecerla.
¿Qué consecuencias puede tener?
Cada persona reacciona de una manera distinta pero síntomas como la obesidad, pérdida de apetito, reducción de los niveles de energía así como insomnio y pérdida de memoria pueden ser consecuencias de esta enfermedad.
También pueden aparecer otros síntomas menos evidentes y por este motivo es más complejo reconocer esta patología en los pacientes.
¿Qué podemos hacer?
Es muy importante poder reconocer, diagnosticar y tratar a tiempo la depresión para contrarrestar y prevenir las consecuencias emocionales y físicas de la mejor manera posible.
Si tienes un amigo o familiar mayor que se encuentra en este estado debes:
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Consultar con un médico especialista el tratamiento a seguir y si es necesario apoyar una terapia con medicación. Nunca automedicar ni autodiagnosticar.
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Es necesario tener paciencia pues la medicación o el tratamiento suele necesitar entre 7 y 10 días para empezar a hacer efecto.
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El tratamiento psicológico es fundamental pues ofrece técnicas de manejo de la ansiedad, es decir, para ayudar a relajarse y preocuparse menos.
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Si la depresión está condicionada por factores sociales como una vivienda en malas condiciones o otros problemas con solución, un trabajador social podrá aconsejar sobre los cambios al respecto.
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Hay que fomentar el diálogo para poder exteriorizar los sentimientos negativos y así poder hacerles frente.