Uno de los problemas comunes en las personas mayores es la soledad. Bien por viudedad, por razones propias o por el paso de los años, muchos ancianos notan la falta de compañía y de cariño al sentirse solos. Este hecho puede derivar en enfermedades de tipo social, cognitivas y relacionadas con la depresión. Tanto es así, que según un estudio de la Universidad de Chicago, el sentimiento fuerte de soledad podría aumentar en un 14% las posibilidades de muerte prematura.
Según un estudio de la Fundación Once, casi un millón y medio de mujeres residen solas en España, es decir, más de un 70% del total de mayores de 65 años. Al gozar de una esperanza de vida mayor que la de los hombres viven mucho más durante las últimas etapas de la vida, lo que da lugar a que aumente la probabilidad de padecer situaciones solitarias, porque se consideran además una carga para la familia.
Entre los factores del origen de esta soledad está el alejamiento de la familia, al vivir en otra ciudad o no estar conectados con las personas mayores por razones personales. Por otro lado, está la falta de autoestima o el nivel bajo de recursos económicos que puede ser un problema agravado en toda la situación general.
Soluciones ante la soledad
Este hecho puede evitarse fomentando todo tipo de relaciones con otras personas, ante la soledad, ¿qué pueden hacer las personas mayores?
–Contactar con vecinos, compañeros de trabajo, personas de su misma edad para fomentar la sociabilización.
–Buscar centros, residencias y otros para la tercera edad en el que se sentirán acogidos, acompañados y con el cariño que realmente precisan.
–Contacto más frecuente y directo con la familia, fomentando los buenos hábitos con estos y las relaciones que se establecen entre hijos-padre y nietos-abuelos.
–Participar en actividades diversas, sea en casales de gente mayor, gimnasios, etc.
–Apuntarse a viajes del inmerso o a la organización de estos con otras personas mayores para hacer excursiones. Es una manera de mantenerse activo y de estar en contacto con otras personas afines por edad y cultura.
–Hacerse voluntario de diversas causas para ayudar a los demás en organizaciones benéficas. Ayudar a los demás escapa a la soledad y a la depresión.
–Apuntarse a la realización de cursos para aprender. Ello mantiene la cabeza despierta y el tiempo ocupado.
-La figura del asistente social. Puede estar en diversos centros o bien, de forma particular, venir  a casa para paliar a sensación de vacío que experimentan las personas mayores frente a la soledad. Para ellos se establecen programas de acción de ayuda y apoyo a la gente mayor, que sobre todo vive sola y que precisa de esta figura. Así, el asistente social supervisa y facilita la prevención de la soledad de las personas mayores.