En líneas generales, los trastornos del sueño en las personas mayores suelen ser mucho más frecuentes que en otros sectores de edad. A diferencia de los niños, que deben dormir muchas horas al día o por la noche, los médicos recomiendan que los adultos duerman entre 7 y 8 horas todas las noches. Según el estudio de Consesus Development Conference, más de mitad de la población mayor de 65 años que vive en sus casas tiene algún trastorno del sueño.
Aunque los adultos mayores pueden llegar a dormir menos al despertarse más veces durante la noche, a la larga esto puede suponer un problema al no descansar correctamente y se precisa de visitas al médico para ofrecer posibles soluciones.
Algunas personas con edades superiores a los 70 años no duermen las horas seguidas que se necesitan por la noche, pero no por ello tener problemas o trastornos ni enfermedades, pero otras sí. Los principales síntomas que tienen las personas con problemas en dormir son la dificultad que presentan en diferenciar el día y la noche, despertarse durante la madrugada y muchas veces durante la noche.
Cuando las personas mayores se jubilan y dejan el trabajo, entre otras cuestiones, suelen tener otros patrones de sueño que cambian y ello afecta, en gran medida, a las horas en las que duermen. Como norma general, se levantan más temprano por la mañana, con lo que el número de horas dormidas son pocas. Esto tiene consecuencias, al llegar a desarrollar posibles enfermedades como acentuar la depresión, confusiones y cambios mentales que agudizan y acentúan otras enfermedades que puedan tener.
¿Qué debe hacerse?
Para intentar dormir las horas que se necesitan, desde Residencia Fontpineda aconsejamos una primera valoración, que la debe dar el médico en función de los hábitos de cada persona.
Ir a dormir antes. Una primera recomendación es ir a dormir mucho antes para ganar horas de sueño que no se realizan si uno se despierta durante la noche.
Ejercicio. También se aconseja llevar una vida activa, con la práctica del ejercicio diario, que incita al descanso algo más placentero.
No estimulantes. Se deben evitar, en la medida de lo posible, los estimulantes como la cafeína varias horas antes de acostarse.
Menos siestas. Aunque es inevitable algunas veces, es mejor no hacer siestas y poder ir a dormir a una hora prudencial por la noche.
Dieta saludable. Las cenas copiosas también pueden sentar mal e incidir directamente en las horas de sueño. Hacer cenas ligeras mejora el tránsito intestinal y nos deja mejor cuerpo para descansar.
Relajación. Antes de ir a dormir se pueden hacer técnicas de relajación para incitar al sueño.
Lugar para dormir. Preferiblemente, se debe dormir siempre en la misma cama, en un lugar tranquilo sin excesiva calor ni frío.